He aquí Miranda, una chica de 11 años que vive en África. Ella allí tiene a toda su familia, sus amigos, y su escuela. No vive muy bien, pero a ella le gustaba mucho porque era su país. Miranda también tenía muchos animales que la querían mucho: elefantes, girafas, leones...... Como los conocía desde pequeña ya no la hacían nada, y podía jugar con ellos tranquila mente. Un día muy caluroso, fue andando desde el colegio hasta su casa, como siempre. Llegó y se encontró a sus padres muy preocupados y nerviosos y les dijo:
-¿Que os pasa?
- Hija mía, te tenemos que dar una mala noticia - dijo su madre.
- Mira lo que pasa.... es que nos tenemos que mudar.
- ¿Como que nos tenemos que mudar? - dijo ella muy pero muy alterada
- Si cariño, a tu padre lo han despedido y tenemos que irnos a otro lugar.- le aclaró su madre.
- Ya pero yo no quiero - dijo casi sollozando
- Lo siento mi vida pero las cosas son así.
- No, no son así, yo aquí tengo mis amigos, mi familia, aquí tengo todo lo que yo quiero...
- Lo sentimos mucho, pero necesitamos dinero para poder vivir y aquí tu padre ya no tiene trabajo...
- ¿Y cuando nos vamos?- dijo llorando
-Mañana mismo.... - dijo su padre
La niña se fue corriendo y a la vez llorando para su cuarto.
- Voy a hablar con ella - dijo su padre
- ¡No! Dejala, para ella todo esto es muy duro y tiene que pensar un poco.
La niña se fue a la calle, a pasear. Los animales se acercaron y ella los abrazó, les contó lo que le pasaba y los animales muy muy tristes siguieron junto a ella. Fue al colegio y se despidió de sus amigas/os y de su profesora. Todos allí llorando le decían:
-¡No te vallas!
-¿Quedate, Miranda!
-Por favor no te vallas....
Ella con mucho dolor en su corazón les dijo:
Lo siento amigos, pero mi padre ya no tiene trabajo aquí y nos tenemos que ir......
se fue corriendo sin decir adiós. Fue a casa de toda su familia, pues vivían todos juntos, y les dio un besazo a cada uno de ellos.
al día siguiente fueron, se montaron sus propias canoas y emprendieron el viaje. En el viaje, no es muy cómodo pues en esas canoas se va muy mal, pero ella se durmió de el sueño que tenía.
Después de una semana más o menos, llegaron a España mediante el guadiana. Allí se alojaron en Badajoz. Cuando la niña se despertó vio un montón de basura en el río: colchones, papeles, bolsas de plástico...... La verdad es que se deprimió un poco. Miranda y sus padres compraron, con el poco dinero que tenían, una casa en barriada de Llera. Allí conoció a una
niña llamada Ana, que era su vecina. Esa niña le calló muy bien y se hicieron super amigas. Ana le indicó donde estaba su colegio para que Miranda mirara si tenía plazas. A los dos días el jefe de estudio les llamó para decirles que justamente el día siguiente ya podía entrar a el colegio. Le tocó en la misma clase que a Ana, su mejor amiga a partir de ese día. En ese barrio la gente los cogieron muy bien, y su padre consiguió trabajo muy rápido en la fabrica de escayola. Y su madre también lo consiguió en una casa limpiando, sus jefes fueron muy buenos y la acogieron enseguida. Miranda a pesar de todo nunca se olvidó de África.
FIN
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24 may 2010
23 may 2010
Un sábado al completo
este sábado ha venido a mi casa Raquel, porque su madre tenía un entierro. Cuando llegó, yo me estaba duchando pero terminé muy pronto. Estuvimos un rato con el ordenador, y un rato más tarde le planché el pelo a Raquel. Como nos estábamos aburriendo, propuse que nos fuéramos con la palas de padel a una calle que no pasan coches, y hace sombra. Estuvimos un buen rato pero nos cansamos. Fuimos a mi casa y empezamos a contar el dinero que yo tenia en céntimos. En total había 3 euros. Llamamos a Irene para que se viniese con nosotras a cambiarlo en algún bar. Se vino, lo cambiamos y con los tres euros nos compramos una bolsa de patatas, cuando no la terminamos empezamos a ver quien aguantaba más dando toques con la pala de la padel, no me acuerdo quien ganó, pero creo que hizo setenta y pico toques. Justamente en ese momento llamo a la puerta la medre de Raquel y se fue. Entonces Irene no se porque se enfadó con migo y se fue. Subí a mi casa y le pregunté a mi madre que si se iba a venir alguien a comer y dijo que si, que se iba a venir mi tía Raquel. Comimos arroz con marisco, ¡estaba buenísimo!, después volví con el ordenador. A las 8 de la tarde teníamos una caminata con los de la parroquia. La ida se me hizo más larga que la vuelta porque en la vuelta mi prima y yo empezamos ha hacer letras de canciones con la música de otra. Total que lo me pude reír yo..... A la once y media llegamos a mi casa, cené y las a me acosté con el ordenador encima para ver una peli a las doce o por ahí ya me dormí porque estaba muy muy cansada.
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